Cuando escuchamos “restaurante de mariscos”, ¿qué es lo primero que viene a la mente? ¿Tostadas de ceviche? ¿Aguachile? ¿Coronitas? Pareciera que estamos acostumbrados a catalogar todos los establecimientos de mar en estos platillos típicos y nos olvidamos de que la creatividad humana ha hecho aún más variada y extensa la profundidad de los océanos.
Ayer, Punto y Coma, en avenida Providencia 2889, me refrescó el paladar. Con una carta extensísima, donde el ceviche y el aguachile no son los protagonistas, disfruté una comida fuera de lo que cualquiera de los más de 50 restaurantes de tan cotizada calle podría otorgar. Y es que aquí, los mariscos son más estilo sonorense, que siempre suelen estar acompañados de un guiño oriental.
Además, me sorprendió lo agradable del lugar: con paredes grises con guiños náuticos, mesas de madera, arena y conchas debajo de la escalera y una barra llena de licores y botellas, el ambiente está puesto para una tarde de satisfacción.
El personal fue extremadamente atento, no teníamos dos minutos sentados cuando ya nos ofrecían (fui con mis padres) una bebida y algo para picar. Sin embargo, la carta es tan amplia que sí tuvimos que tomarnos varios minutos para elegir los primeros platos. A sugerencia de una de las meseras, comenzamos con una torre de atún, camarón y guacamole, y a sugerencia de uno de los socios, ordenamos también una docena de ostiones variados para cucar un poco la boca.
La verdad me sorprendió el oyster bar de Punto y coma, y entre más de 15 preparaciones distintas, escogimos cuatro: Renata (frescos con un toque de aceite de oliva y un gajo de toronja), Alba (con una salsa especial y un toque de miel, ¡me fascinaron!), Asturias (fritos, con salsa tártara y hueva de pescado) y Premiere (con callo de hacha y camarón crudo, clamato, cebolla y chile verde). Otra opción fresca es pedir balazos: shots de ostión con distintas salsas y sabores, ¡muy sabrosos!
Una vez que devoramos nuestras entradas al centro, continuamos con antojitos y platos fuertes. Confieso que fue difícil elegir, porque el menú es tan amplio y tiene propuestas tan diferentes a la de una marisquería tradicional, ¡que todo se me antojaba! Las tostadas con callo, camarón y pulpo, los taquitos volteados de camarón con queso añejo encostrado y salsas cítricas y japonesas, los chiles güeros rellenos de mariscos, los filetes de robalo con sabores agridulces… Finalmente yo pedí una tostada de salmón y cebolla frita, y es que ahorita la tostada de atún la encuentras en tostadas parte, pero de salmón, no me había tocado por lo menos a mí. Llegó muy abundante, con un salmón deliciosamente sazonado y de textura suave, un acierto sin duda, porque además el aguacate y el tajín resaltaban aún más los sabores.
En la mesa también desfilaron un taquito de Pulpo Mandilón (con pulpo tierno, tortilla de maíz, queso gratinado, ajillo y cebolla caramelizada), un filete de pescado Península (una lonja de dorado sobre una cama de papas fileteadas y doradas, y adornada con chile guajillo), y, bajo insistencia del mesero, una pork chop al durazno (un rib eye de puerco con una salsita agridulce, sobre un puré de papa que no tenía madre).
Comimos los tres muy a gusto, la verdad: todos los platos fueron vastos, las cervezas llegaron heladas y nos hicieron sentir súper bien atendidos y bienvenidos. El lugar es relativamente nuevo y tiene una ubicación inmejorable en la avenida Providencia, así que no hay excusas para no darse una vuelta para probar y conocer. Además, para mí fue un plus sentarme en una mesa en la planta alta, porque tenía una vista diferente y muy linda de esa avenida que con tanta frecuencia recorro.
Ya para terminar la tarde, no podía faltar el postre y el café. Yo pedí mi americano y cuando vi la bandeja llena pasteles y coyotas, no pude resistirme al de chocolate, que más parecía pudín que pay y que es algo positivo porque a mí me encanta el pudín, ¡jaja!
Ahora que el calor comienza a aletargarnos a todos en Guadalajara, los mariscos son una opción perfecta para combatirlo y mantenernos frescos, hidratados y de buen humor. Así que aprovecha este fin de semana y descubre un tu platillo favorito de Punto y Coma, tómate unas chelas con tus amigos, un carajillo con tus amigas, o hasta una piña colada con tu mamá. Estoy segura de que vas a pasar un buen rato.