Con la noticia de que mi celular estuvo de coqueto con un charco y el castigo en el tazón de arroz no fue suficiente, porque, además, le dio gripa o un virus extraño que le ocasiona calenturas, berrinches, vómitos y delirios. Así que, en lo que convalece en una especie de líquido limpiador, refundido en un hospitalito en Centro Magno, optaré por dar una breve pausa a mis recomendaciones de comida y aprovechar el espacio para agradecerles a ustedes que me leen semana con semana.
He tenido un mes complicado. Entre el trabajo y la tensión que crea el arranque de las campañas políticas; entre el inicio de la Primavera (mi estación consentida) y las alergias que nuevamente me atacan; entre mi afición por correr y una lesión que me tiene atorada desde hace 15 días; entre mi familia y las distancias que los viajes ocasionan, y entre el amor y las frustraciones de estar lejos, tengo la espalda en huelga, más de 136 horas de desvelo acumulado y ganas de esconderme un ratito en alguna cabaña llena de libros y café.
Pero luego cambio de opinión. Porque a pesar de que se me acumulan los pendientes y mi cuerpo exige una siesta de un mes, llega el ratito en que me siento frente a mi computadora y platico con ustedes, y mis cansancios y frustraciones palidecen. En el momento que dedico a escribir mis entradas y me doy segundos para pensar en lo que les quiero compartir, recobro la energía, retomo mi perspectiva y celebro haber abierto este espacio, emprendido este proyecto que ya casi cumple nueve meses y que tantos aprendizajes y satisfacciones me ha otorgado.
Así que gracias. Gracias por leerme con constancia, por comentar mis reseñas y descubrimientos, por compartir las entradas que más les gustan y disfrutan, por hacerme notar cuando en algo están en desacuerdo o cuando creen que hay áreas que puedo mejorar. Poco a poco, Ojos Mexicanos me ha abierto puertas, pero más que eso, me ha dado la oportunidad de conocer a personas que comparten mi gusto por la comida, mi pasión por la ciudad y las ganas de emprender un recorrido que resalte lo bonito de nuestro país, su gente y, por su puesto, el compromiso que tenemos con nuestro trabajo y nuestro futuro.
Estoy trabajando mucho y pronto les tendré novedades y sorpresas. Quiero seguir aprendiendo. Quiero crecer. Y quiero que ustedes compartan mi alegría.
¡Un abrazo muy fuerte! ¡Gracias una vez más!